
Noche tras noche, una rata gigante se alimenta del pan que la suertuda Alicia, ganadora de un millón de dólares, compra para el desayuno. ¡Maldita! Grita Alicia desde sus cobijas cada vez que las escucha. Esa rata debe morir, medita Alicia. Un exterminador la destruiría, pero un millón de dólares completo es más rico que uno incompleto.
Un comercial a la madrugada anuncia una fabulosa idea: Pega atrapa ratas. Bastante económica y de venta en los almacenes chinos de la ciudad.
Alicia al otro día en uno de los almacenes, mira fijamente el empaque de la pega y piensa. Si la compro gastaría muy poco del millón de dólares. Voltea y observa como el dueño distraído, golpea y da patadas voladoras a uno de sus empleados. Entonces, la ocultó en lo más oscuro de sí.
Alicia tuvo que salir rápido. La pega dentro de sus pantaletas colapsa, derramándose en su Monte de Venus, rodeando el clítoris, para luego juntar los labios internos y externos.
Alicia puede volver a orinar, pero la operación vale un millón de dólares.
Yanis Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario